La hechura del amor

El amor parte de un imposible del cual  el sujeto enamorado desconoce, busca ser uno en lo desproporcional del de a dos.
Pide constantemente algo que desde el comienzo inasequible, sostiene, montado en la ilusión de lo posible, la promesa de un goce sexual . Este no responde a la inagotable demanda de amor, quien será por siempre inconquistable.
Lo que fomenta, lo que produce movimiento, empuje , es el anhelo de lo in(alcanzable) que soluciona lo que desde el vamos es irrealizable, la relación sexual, porque no hay proporción entre dos desde el comienzo, no hay complementaridad, ya que el amor genera en el sujeto la ilusión de no estar dividido , lo que sucede es que el enamorado en verdad solo  desea ser Uno creyendo que se pueden ser dos.
Por eso “el amor es siempre recíproco”[1] al  decir de Lacan porque algo de uno tiene que haber en el otro y algo del otro  en uno para que se produzca el enamoramiento. Cuando un sujeto se enamora seguramente generó en el otro algo que le devolvió la posibilidad de remendar su división.
“No me gustas por imposible, sino por posible en mi” Mejor aún, por hacer que yo sea posible… 

Lic. Gilda Palmieri
 MN 40233

•    [1] Lacan Jacques: (1972-73) El Seminario, libro 20, Aún. Buenos Aires, Paidós, 1995.


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